La coalición conservadora encabezada por Giorgia Meloni ha ganado las elecciones en Italia. La formación incluye al ultraderechista Hermanos de Italia que ha formado Gobierno con la Liga y Forza Italia de Silvio Berlusconi. El partido de Meloni, Hermanos de Italia, ha multiplicado los resultados que obtuvo en 2018, pasando de un 4,3% al 26%. Junto con los otros partidos conservadores, la derecha ha conseguido la victoria con más del 44% de los votos, tanto en el Senado (112 escaños de 200), como en la Cámara de los Diputados (235 diputados de 400).
Italia se ha volcado con el partido ‘Hermanos de Italia’, el único de ellos que no había formado parte de los tres gobiernos de la última legislatura. La formación nació de los restos del posfascista Movimiento Social Italiano (MSI) de 1946 fundado por Giorgio Almirante, jefe de gabinete del ministerio de propaganda fascista. Meloni nunca ha escondido su simpatía por la figura de Almirante, de hecho en 2018 difundió un fotomontaje titulado ‘De Giorgio a Giorgia’ y afirmaba que era un gran político y patriota.
Con la caída del bloque comunista volvieron a surgir nuevos partidos de derechas, entre ellos Forza Italia que en 1994 incluyó al MSI en su coalición de Gobierno, nuevamente el profascismo consiguió entrar al gobierno. Hermanos de Italia quiere presentar una imagen de modernidad y moderación, y por eso afirma que cortan el cordón con el fascismo, sin embargo, siguen compartiendo su simbología para la parte del electorado que simpatiza con ese movimiento. Algunos de estos símbolos son la llama tricolor, la canción ‘Mañana me pertenece’ y fotos de Giorgio Almirante.
La periodista italiana Annalisa Camilli afirma que el partido de Meloni tiene “un fuerte discurso contra la inmigración y los derechos de la mujer como el aborto”. Bajo el lema “Dios, patria, familia”, son un partido muy tradicional que también habla de “inmigración masiva”. Para Camilli “el fascismo es algo endémico” en un país como Italia, “los testigos han muerto y la memoria no es tan fuerte como para evitarlo”.
Los últimos años los italianos han demostrado que tienden a votar por el cambio y este auge del movimiento ultraderechista se ha nutrido de la situación en Italia y la desafección de sus ciudadanos por los últimos gobiernos. La coalición conservadora se ha servido de discursos que afirman que las clases trabajadoras han perdido sus ahorros y cada vez se empobrecen más por la inflación. Han prometido una nueva era, algo que el fascismo también prometía.
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